Resulta que un par de meses después del fallecimiento de mi abuela (una santa mujer), mi familia – como es normal – quiso celebrar una misa recordando los “x” meses de fallecida, por lo que fuimos a “Jardines de la Esperanza” (un cementerio muy conocido en mi ciudad). Entre esos ires y venires la primera cosa extraña fue darme cuenta que para la misa, todo estaba dispuesto debajo de una carpa, en pleno césped al pie de la tumba. Puede que muchos no comprendan qué tiene eso de extraño, pues bien, mientras contemplaba ese escenario, se me vino esto a la mente:
“La celebración eucarística se ha de hacer en lugar sagrado, a no ser que, en un caso particular, la necesidad exija otra cosa; en este caso, la celebración debe realizarse en un lugar digno.”[1]
Ciertamente, no era ese un lugar sagrado y evidentemente “la necesidad” no exigía otra cosa, puesto que en el cementerio hay oratorios debidamente ubicados para este fin. Pero el tema ya fue evidente cuando durante la homilía el “sacerdote” empezó a despotricar contra la Iglesia, el arzobispo y el Papa. En ese momento señores, ya todo estaba consumado. El individuo que tenía frente a mí definitivamente no era un sacerdote católico, y si lo era, no estaba en buenos términos con la autoridad eclesiástica, es decir, lo mismo que nada.
Ésta fue mi primera experiencia con los llamados “veterocatólicos”. Una secta que se formó en el año 1870 a raíz de un grupo de sacerdotes alemanes que repudiaron el dogma de la infalibilidad papal[2]posterior al Concilio Vaticano I. De más está decir que estos “sacerdotes” NO son católicos, así se presenten como tales, puesto que no pertenecen al clero de la Iglesia Católica, pues rompieron con el Sucesor de Pedro, y por ende con la Iglesia… Y entonces, ¿qué sucedió con ellos? Sencillamente se rebelaron contra la Iglesia, creyendo – de manera soberbia – que la decisión unánime de todos los obispos allí reunidos bajo la asistencia del Espíritu Santo, estaba equivocada. De manera que (como con tantas otras personas caprichosas en la historia) fundaron su propia secta en donde pudieran vivir como ellos quisieran, “sin Dios ni ley”.
¿CÓMO IDENTIFICARLOS?
Últimamente la actividad de estos individuos ha estado incrementando – al menos en mi ciudad – lo que me ha llevado a la necesidad de escribir este artículo. Ciertamente puede parecer un poco complicado reconocerlos, pero en realidad es muy sencillo si es que somos católicos practicantes y conocemos nuestra fe. Hay ciertas características muy distintivas de este tipo de “sacerdotes”:
- Cobran frontalmente por la misa que celebran, incluso pueden pasar un sobrecito en donde las personas deben ir depositando la “contribución” económica. Esto no es equivalente al momento de las Ofrendas que figura dentro de la liturgia de la misa, dado que dicho dinero no está destinado a la Diócesis (para que pueda luego ser direccionada a las necesidades prioritarias: los pobres, las parroquias de escasos recursos, seminarios, etc)
- Estos “sacerdotes” no tienen una Parroquia designada en donde puedan ser “párrocos”, justamente porque al no pertenecer a la Iglesia Católica, no constan en la lista de los sacerdotes de la Diócesis, y por ende no tiene ningún territorio adjudicado para su misión pastoral.
- Justamente, el no tener una Parroquia fija es lo que explica que tengan que salir a “ofrecer” sus servicios, dado que se convierte esto en su fuente de ingreso personal.
- Tienen como característica el ir repartiendo una tarjeta de presentación, en donde figura su número telefónico, dirección y los servicios que ofrece, de manera que puedan ser contactados para futuros “eventos”.
- Se distinguen por hablar muy mal del Arzobispo de la Diócesis, del Papa o de la Iglesia en general en sus homilías, confundiendo así e incomodando a católicos bien formados, que al escucharles identifican claramente que algo no anda bien.
Ciertamente, la idea no es convertirnos en cazadores de curas falsos, sino sencillamente de mantenernos alerta ante este tipo de personas sin escrúpulos ni temor de Dios, que lejos de generar algún bien, dejan en evidencia criterios mal intencionados que no buscan expandir el Reino de Dios, sino el descrédito a la Iglesia, fruto de un resentimiento personal – en la mayoría de los casos – por lo que también vale la pena advertir de esto a familiares y amigos, de manera que evitemos puedan ser presa de este tipo de engaños.
¿QUÉ DEBO HACER SI IDENTIFICO A UN “SACERDOTE” VETEROCATÓLICO?
Tratar de obtener su nombre o teléfono y denunciarlo inmediatamente con el párroco de la Parroquia más cercana. Es importante que comprendamos que estas personas hacen daño a la Iglesia y confunden al Pueblo de Dios, y nosotros como católicos debemos estar alerta y denunciar este tipo de actos que irrespetan a la Iglesia que es la Esposa de Cristo. Además, estas cosas no deben de sorprendernos, pues ya muy bien lo dijo el Señor: “Cuídense de los falsos profetas que se acercan disfrazados de ovejas y por dentro son lobos rapaces”[3]
[1] Código de Derecho Canónico, 932. § 1
[2] La infalibilidad papal se define como el dogma bajo el cual creemos que el Papa como pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres, en la cual no puede haber error.
[3] Mt. 7, 15
stevenneirac.wordpress.com 
estos falsos curas en sus homilías hacen gala de q tienen esposa, hijos, hogar como q dicen q esto es normal y es lo q pide Dios, no la hipocresía, con lo cual confunden aún más a los fieles. Lo peor de todo es q el momento de la Comunión llaman a q todos participen «del gran banquete» q Dios no segrega a nadie q no hace falta confesarse solo pedir perdón a Dios. Es obvio que nuestro Señor no está presente con su alma, cuerpo y divinidad en esas hostias y en ese vino «consagrado» en esa «misa» fraudulenta por individuos no consagrados. No pasa nada ese momento. Todo es una farsa, un sainete y esto es lo que duele. Lo malo es q las personas les creen y ya no se acercan al sacramento de la Confesión o Penitencia y se acostumbran así a comulgar en las Iglesias Católicas, lo cual si es un sacrilegio «ignorantemente pecan, ignorantemente se condenan» . Se les reconoce también xq el momento de orar x nuestros Pastores, el Santo Padre y el Obispo, estos «se saltan» esa oración o pronuncian los nombres de sus superiores. Estos «veterocatólicos o anglicanos» abundan en las funerarias especialmente. Esto he visto aquí en Quito, también me han dicho en Cuenca. Pienso q todas las ceremonias realizadas por ellos son nulos: bautizos, matrimonios, misas. Nuestra Iglesia debe investigar y parar esta burla.
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Estoy de acuerdo con su comentario pero les recuerdo que en el Ecuador Existe la Ley de Culto que ampara a todo tipo de creencias religiosas lo que si se debería investigar aquellas organizaciones que estén bien amparada por la constitución y no de algunas que no lo están cumpliendo y,se están tomando el nombre de esta organización a la que ustedes la están denigrando yo soy parte de esta iglesia y a la cual sirvo con orgullo y jamas me atrevo a tomar el nombre de la iglesia Católica identificándome como lo que soy .Por eso pido respeto a todas las personas que emitan un comentario lo hagan saber con nombres y apellidos de los que aquellos sean falsos curas lo denuncien en la oficina o físcalíá del delito .Porque de lo contrario al que siga difamando a nuestra amada institución me daré obligado a hacer uso de lo que la constitución me ampara.a seguir un proceso o demanda de querella o acciones legales de resárcir lo manifestado tengan mucho cuidado con lo que manifiesten.Muy respetuoso y advertido.
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Efectivamente, la Constitución contempla la libertad de culto para manifestar y vivir públicamente la fe que se profesa, sin embargo, LO QUE NO ampara la libertad de culto ni la Constitución, es engañar a las personas presentándose como «sacerdote católico» cuando NO LO ES, en cuyo caso, quienes realmente tienen el derecho para tomar acciones legales son quienes buscan un sacerdote católico y a cambio reciben a un «sacerdote» veterocatólico que simula la misa católica y cobra una remuneración económica aparte del engaño. ESO definidamente requiere de una acción legal, por lo demás muy sin cuidado me tiene la creencia que usted orgullosamente quiera practicar, ese es su problema, lo que este artículo denuncia es una realidad objetiva que debe ser denunciada y puesta a la luz.
Bendiciones!
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Es un gran articulo,! Me parece que se debería tomar las acciones pertinentes en estos casos de supuestos «sacerdotes» ya que se quieren lucrar del bolsillo de los humildes fieles, pues hay que ser precavidos, pues hay que tener en cuentan que hay jóvenes en todo el mundo Que se forman por muchos años en grandes seminarios y que incluso, abandonan su mismo país porque su anhelo al servicio de la comunidad y de los fieles es tan grande,que no necesitan dinero a cambio, haciéndolo todo por Amor, como dijo nuestro querido Papa Francisco en la visita que hizo a nuestro país: No olvides de donde te sacaron…haciendo énfasis en el don de la Gratuidad! Pues si en verdad estos «sacerdotes» tienen un anhelo de ser servidores de Cristo y de la Madre Iglesia, pues deben formarse como es..! Porque todo tiene un sacrificio y constancia! teniendo muy en cuenta de que existen sacerdotes de verdad y futuros que tienen un anhelo inmenso de curar almas! Dejando absolutamente todo para seguir a Jesus sin ninguna retribución económica a cambio, siendo conscientes de su verdadera vocación la cual es un servicio GRATUITO
Éxitos y bendiciones! Adelante Steven!
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Reblogueó esto en VichoMartin's Blog.
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Soy Sacerdote Veterocatolico, la iglesia Veterocatolica surgió en 1870 en el Concilio Vaticano I. Lo que se catologo como un cisma dentro de la Iglesia Católica Romana. Tenemos legítima sucesión Apostolica, estamos legalmente constituidos como Iglesia. El Papa Francisco se reunió con el Arzobispo primado de la Iglesia Veterocatolica, con el mensaje, llamados a evanglizar en unidad. Somos Católicos, Apostólicos no Romanos.
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Estimado Sr. Orjuela, tan sólo vale aclarar ciertas cosas:
1. La iglesia veterocatólica NO nace «en el Concilio Vaticano I», es decir, ni como voluntad del Concilio ni mucho menos como cualquier organización afín a la Iglesia Católica. Nace posterior al Concilio Vaticano I, y justamente debido a su no aceptación de la jerarquía eclesiástica fijada por Jesucristo más de un milenio antes.
2. Lo que usted denomina «Iglesia Católica Romana», es la única Iglesia Católica existente desde el siglo I hasta nuestro siglo presente. Es decir, cuando San Ignacio de Antioquía (obispo católico del siglo II y discípulo de san Juan) afirmó que «allí donde esté el Obispo, esté la muchedumbre así como donde está Jesucristo esté la Iglesia Católica», no se refería a ninguna otra «Iglesia Católica», que a la que le corresponde la legítima sucesión apostólica desde san Pedro hasta el papa Francisco.
3. Tendrán sucesión apostólica en la medida en que tengan aún obispos que, desobedeciendo a la única Iglesia Católica en la que fueron válida y legítimamente consagrados como tales, se mantengan con vida y ordenando ILÍCITAMENTE sacerdotes. Una vez que ya no tengan sacerdotes que hayan sido ordenados dentro de la sucesión apostólica que reside en la única Iglesia Católica, pues entonces, dejarán de tener dicha sucesión.
4. Podrá usted quererse «legítimamente constituido» en el ámbito legal como usted bien pueda y quiera (aunque en mi país ya eso no es posible, debido a que el Gobierno prohibió el uso de la palabra «católico» a cualquier otra institución que no sea la única Iglesia Católica, debido a que es una merca registrada», y aún así, lo que en aspecto legal pueda ser legítimo, jamás podrá considerarse lícito en el ámbito eclesial.
5. El Papa se reúne también con protestantes y judíos, y no por ello aprueba o legitima la veracidad de sus doctrinas. En otras palabras, ciertamente estamos llamados a evangelizar en la unidad, en la medida en que eso a ustedes les sea posible, es decir, en la medida en que aún mantienen parte de la doctrina que reside en la única Iglesia Católica Universal fundada por Jesucristo. Fuera de eso, no se considerará más que un cisma.
6. Finalmente, – que es el tema en cuestión del artículo presente – la actitud beligerante de autoproclamarse «católicos» cuando real y estrictamente NO LO SON, es una falsedad tremenda, y mucho más cuando la intención es hacerse pasar como lo que no son, para así tener mayor acceso a las personas. En la medida en que muestren claramente lo que son, es decir, NO CATÓLICOS en el sentido universal y jerárquico del término, pues hay una ley de libertad de culto que les ampara para profesar lo que quieran y como quieran, pero siempre dándose a conocer como lo que son, y no fingiendo otra cosa.
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En mi país Colombia logramos que se nos reconozca como Viejos Católicos, tenemos el mismo credo, el mismo catecismo, el mismo misal, la misma litúrgia, nos diferencia el dogma de la Infalibilidad Papal, somos igualmente católicos.
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